El campus Monterrey acaba de inaugurar la obra, Espíritu de Luz, obra del artista norteamericano de origen californiano, James Turrell, famoso por sus obras de gran tamaño y su obsesión por la luz. Para hablar de su obra y entender la importancia de que el campus esté presentando su obra dentro de la Plaza de Florecimiento en el nuevo Parque central, justamente ahora que se llenan los pasillos de nuevo de estudiantes y las clases han recuperado su aliento, platicamos con el doctor Enrique Tamés, director de proyectos de Florecimiento Humano para el Tec de Monterrey. El doctor Tamés es un entusiasta de la obra de este artista y ha estado involucrado en parte del proceso de su instalación, así como otras instancias como Arte y cultura y Distrito Tec.
“James Turrell es difícil de clasificar, si lo buscamos en enciclopedias o Google, veremos que a este artista lo clasifican dentro del llamado Land Art o tal vez, Environmental Art, aunque no estoy seguro de que a él le gustara esa clasificación, seguramente se sentiría incómodo”, nos explica el doctor Tamés. Land Art es toda aquella obra grande, macro que trata de enviar una señal al mundo de que la tierra es nuestra madre, que es el lugar donde estamos y que hay que respetarlo.
“Turrell toma estas experiencias sensoriales, pero no sólo busca alertar sobre el mundo y el cosmos, sino también hacer una reflexión al interior del ser humano. A él se le ha adjudicado ser un artista de la luz. Muchas de sus obras juegan con la percepción que nosotros tenemos sobre la luz a diferentes horas del día; la obra que aquí se está inaugurando juega con ello y tendremos una experiencia diferente dependiendo de la hora del día”, añade. “Eso por sí solo es interesante, pero el fin es que, a través de estas experiencias sensoriales, podamos tener una reflexión hacia adentro. Tener una experiencia de recogimiento, de mirar hacia afuera para mirarnos hacia adentro. Son espacios de silencio, de reflexión, de paz. Va a ser un lugar que vamos a poder disfrutar mucho, que va a ser muy llamativo porque nos va a decir muchas cosas con su silencio”, nos dice sobre la obra que durante semanas hemos visto crecer dentro del parque como un gran espacio redondo con pasto y una entrada por un costado.
El doctor Tamés nos explica que el título Espíritu de Luz se lo puso el mismo Turrell en español. El artista desde hace muchos años pasa el tiempo en Arizona trabajando en una obra monumental en el desierto, en un cráter muy famoso que hay ahí. Turrell conoce muy bien el sol y la luz que convergen dentro del desierto.
“La experiencia que vamos vivir va a ser entrar a una bóveda que tiene un orificio circular arriba del paseante, y donde nosotros, dependiendo de la hora vamos a ver entrar la luz de cierta manera, el sol ilumina el interior”, dice. El doctor Tamés advierte que la crítica, ha tenido dificultades para clasificar la obra de Turrell, pero que hay un término de origen alemán, ganzfeld, que significa que uno pierde la noción de distancia dentro de la obra. “Una vez que estamos adentro vamos a voltear a ver la superficie de la bóveda y por la sensación de la luz e iluminación, no vamos a poder calcular con claridad la circunferencia de la entrada de luz. En ocasiones se verá más cerca o más lejana, va a ser muy difícil calcular la sensación de espacio y todo por el efecto visual, por la bóveda y el orificio que va a parecer un observatorio, no como los tenemos hoy en día, sino como eran en la Antigüedad, como los templos de los mayas o como las culturas hindúes o chinas”, explica.
Así nos expone que estos observatorios tenían la mayor parte de la cubierta tapada y sólo pequeños orificios estaban descubiertos, ya que cuando uno quiere enfocar a la distancia, sólo juntando los dedos, se puede ver por la ranura para ver de lejos, y así enfocar la mirada. “Todo alrededor hay un asiento continuo donde la gente se va a poder sentar, caben alrededor de unas cincuenta personas. Y no hay más utensilios, ni elementos. Está naturalmente inclinado para que uno pueda ver este techo en forma de bóveda y el orificio mirando al cielo”, continúa. El contacto del Tec de Monterrey con James Turrell no es reciente. Hace varios años que se está hablando con él, originalmente se le había pedido hacer otra obra, pero en una de sus visitas vio la maqueta en la que se planteaba tirar el estadio y hacer el parque y él quiso participar justamente ahí. Pero pasaron varios años antes de que estuviera el espacio preparado
“Turrell ha estado aquí midiendo el fenómeno físico de la obra, viendo la luz, cómo se percibe en las diferentes etapas del día. Es muy meticuloso. Él va a estar en su presentación oficial y su equipo también durante un tiempo va a estar al tanto de la obra, van a estar monitoreando con cámaras para ver que se presente como él quiere”, señala. La obra se inauguró el martes y se están preparando visitas para tener recorridos con una explicación. El doctor Tamés recomienda que nos empapemos de conocimiento para tener una experiencia más profunda. “Va a haber una tentación por usar el celular, tomar selfies y tal, yo les recomiendo hacer a un lado esas distracciones y vivir en el aquí y ahora la experiencia” dice para finalizar.
¡¡Visitemos este espacio de contemplación!!
*Artículo publicado en el ejemplar 125 de la Revista Campus Cultural